Figura 1.- A. Sistema membranoso de ciclóstomos de la clase (Cl. Cephalasp¡domorphi, lampreas), (agnatos). Se observa un estadio muy rudimentario, con sólo dos canales semicirculares (anterior y posterior). Ambos canales presentan una cisterna o ámpula dilatada en sus extremos, que contiene la mácula o epitelio sensorial. Las ámpulas comunican en este caso con una vesícula central equivalente al utrículo y sáculo. B. Sistema membranoso del oído de osteíctios. Destaca la presencia de tres canales semicirculares, que serán un rasgo distintivo común al resto de vertebrados, que permiten detectar los movimientos angulares de la cabeza en las tres dimensiones del espacio. Aparece una mácula sensorial adicional en el utrículo llamada mácula neglecta. El sáculo presenta un receso cavitario denominado lagena con su correspondiente epitelio sensorial. C. En anfibios, la conquista del medio terrestre, y por ende la transmisión de señales auditivas a través del aire, condiciona la aparición de nuevas estructuras neurorreceptoras. En el sáculo aparecen varias evaginaciones tubuliformes junto a la lagena: la pars basilaris inferior a la lagena y la pars amphibiorum, en la parte superior. D. En aves, la pars basilaris (con función auditiva) se desarrolla intensamente a partir del sáculo, con un rudimento progresivamente atrofiado de la lagena en su parte distal. En mamíferos, el crecimiento de la pars basilaris con su correspondiente mácula, genera una estructura neurosensorial plenamente desarrollada, denominada cóclea, en forma de hélice cónica. En el gráfico (E), se diferencia una estructura adicional denominada conducto endolinfático (4), (que sintetiza la endolinfa), presente en todos los órganos estato-acústicos de la filogenia de cordados, aunque sólo ha sido dibujada en este gráfico con el fin de simplificar la descripción ).